La enfermedad del ojo seco (DED) es una afección ocular prevalente y a menudo infravalorada que afecta a millones de personas en todo el mundo. Aunque pueda parecer un inconveniente menor, las molestias asociadas a la sequedad ocular pueden afectar significativamente a la calidad de vida y la salud visual. Obtenga más información sobre sus causas, síntomas y estrategias de tratamiento terapéutico.
“DED es una de las dolencias oculares
más comunes, especialmente entre los
pacientes de edad avanzada».
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¿Qué es la enfermedad del ojo seco?
La enfermedad del ojo seco, también conocida como queratoconjuntivitis seca, se produce cuando los ojos son incapaces de mantener una capa saludable de lágrimas para mantener la superficie ocular lubricada y nutrida. Las lágrimas desempeñan un papel crucial en el mantenimiento de una visión clara, la prevención de infecciones y la promoción de la salud ocular en general. Cuando se altera la producción, composición o distribución de las lágrimas, se produce una “producción lagrimal deficiente o un aumento de la evaporación de las lágrimas, asociado a una alteración e inflamación de la superficie ocular”.1 La DED es una de las afecciones oculares más frecuentes, especialmente entre los pacientes de edad avanzada.1
Quién corre peligro?
Uno de los principales factores de riesgo de la enfermedad del ojo seco es la edad. El Colegio de Optometristas2 afirma que la prevalencia mundial es muy variable y aumenta con la edad, a un ritmo de entre el 2% y el 10,5% por década. Además, los cambios hormonales, especialmente en las mujeres durante el embarazo, la menopausia o el uso de anticonceptivos orales, pueden contribuir al desarrollo de la sequedad ocular.
Ciertas afecciones médicas, como la artritis reumatoide, la diabetes y los trastornos tiroideos, se asocian a un riesgo elevado de desarrollar la enfermedad del ojo seco. Además, determinados medicamentos también pueden interferir en la producción de lágrimas y contribuir a la sequedad ocular.
Los factores que agravan los síntomas son, entre otros:
- carencia de vitamina A
- agentes nocivos (humos de cocina, humo de tabaco)
- aumento de la evaporación de las lágrimas (aire acondicionado, calefacción central)
- uso de dispositivos digitales (reducción del intervalo de parpadeo)
- cirugía refractiva
- uso de lentes de contacto
- conjuntivitis medicamentosa, secundaria a una terapia tópica prolongada.
Síntomas y diagnóstico
A pesar de que la DED provoca un alto nivel de incomodidad y una disminución de la calidad de vida, a menudo no se reconoce lo suficiente debido a la «frecuente falta de correlación entre los síntomas y los hallazgos de los exámenes »3. Sin embargo, reconocer los síntomas de la enfermedad del ojo seco es crucial para un diagnóstico precoz y un tratamiento eficaz. Sin embargo, reconocer los síntomas de la enfermedad del ojo seco es crucial para un diagnóstico precoz y un tratamiento eficaz. Los pacientes pueden experimentar, entre otros, los siguientes síntomas:
- sensación de cuerpo extraño, arena, arenilla o quemazón
- sensación de picor, lagrimeo o escozor
- parpadeo frecuente
- enrojecimiento
- visión borrosa
- párpados pesados
- fatiga ocular
Los síntomas también pueden empeorar por la exposición a factores ambientales como el humo, el viento o el calor a lo largo del día. A menudo, los síntomas son “bilaterales y pueden no describirse como una sensación de sequedad”.2 Un examen minucioso del paciente debe incluir “la evaluación de la cara y los párpados, los patrones de parpadeo, los márgenes de los párpados, las pestañas, la conjuntiva, la córnea y la película lagrimal”.3 Tanto la pérdida de lágrima por evaporación como una producción acuosa inadecuada, o una combinación de ambas, pueden ser determinantes para la DED.
Estrategias terapéuticas actuales
Existen varias opciones terapéuticas para tratar la enfermedad del ojo seco, en función de su gravedad y de las causas subyacentes. Es esencial consultar con un profesional de la visión para determinar el enfoque más adecuado. En general, se recomienda un enfoque terapéutico gradual. En una primera fase, la terapia debe comenzar con educación, modificación de la dieta, lágrimas artificiales y mejora de la higiene. La terapia del segundo paso puede incluir lubricantes oculares no conservados, tratamientos nocturnos, medicamentos con receta y terapias internas. Si estos tratamientos resultan inadecuados, las lentes de contacto específicas, la medicación oral o los colirios de suero autólogo o alogénico también han demostrado ser formas adecuadas de tratar la DED. Los tratamientos quirúrgicos son opciones de último recurso para conseguir mejoras.
Desgraciadamente, en la actualidad no existe cura para la DED: es necesario un tratamiento permanente y continuado, incluso después de que los síntomas hayan mejorado. Si sospecha que padece la enfermedad del ojo seco, consulte a un oftalmólogo para someterse a un examen exhaustivo y a un plan de tratamiento personalizado.
Fuente bibliográfica:
1 Victor J. Drew, Ching-Li Tseng, Jerard Seghatchian and Thierry Burnouf; Reflections on Dry Eye Syndrome Treatment: Therapeutic Role of Blood Products, Frontiers in Medicine, February 2018, Volume 5, Article 23
2 https://www.college-optometrists.org/clinical-guidance/clinical-management-guidelines/dryeye_keratoconjunctivitissicca_kcs
3 Alpa S. Patel, M.D., Daniel E. Bustos, MD,MS, Dry Eye Syndrome, American Society of Ophthalmology, EyeWiki, reviewed by Yatinee Y. Bunya, MD,MSCE on May 13, 2022
4 Managing Dry Eye Disease and Facilitating Realistic Patient Expectations: A Review and Appraisal of Current Therapies, Dovepress, Clinical Ophthalmology, 2020:14 119-126
Autores: Dr. Harald Sekljic, Dr. Clemens Troschl, Lisa Springer